Viendo el éxito de su creación y apoyado por el gran amor de su vida, en 1974 decidió poner fin a la producción de productos farmacéuticos para dedicarse exclusivamente a la vertiente cosmética produciendo nuevas líneas faciales y corporales. Gracias a los resultados y descubrimientos, consigue realizar varias publicaciones científicas demostrando la efectividad de su nueva cosmética hasta fundar Farmogal SRL en 1988, unión de las palabras Fármaco y Galiano, para distribuir al resto de profesionales como su mujer la cosmética que habían creado, ya perfeccionada a base de corregir formulaciones, texturas y olores, hasta dar con el mejor producto que habían hecho nunca.

Hoy en día, Farmogal es una cosmética de prestigio y reconocida por toda la comunidad científica logrando grandes resultados a través de una política de toxicidad 0%, garantizando la seguridad, efectividad y confianza tal y como lo hacemos a través de las recetas de nuestro doctor de cabecera.

Si bien es verdad que no podemos comunicar que Farmogal cura como lo hace un medicamento debido a que estaríamos incumpliendo la legalidad, ya que son conceptos diferentes, lo que sí podemos asegurar, es que Farmogal nació para curar. Curar la herida de una profesional que trabajaba ofreciendo productos en los que no confiaba hasta conseguir disfrutar de su mayor pasión con unos productos hechos a medida de cada cliente.